Comida típica de Guatemala: los sabores del legado maya
Tamales de papa, platanitos rellenos con frijoles, torrejas, fiambre, pepián.... Los más sabrosos tesoros culinarias te esperan en Guatemala.
Las tradiciones culinarias precolombinas con las que los mayas ofrendaban a sus deidades y satisfacían los exigentes paladares de sus gobernantes, así como su fusión con los sabores del Mediterráneo aportados por los conquistadores españoles, dieron paso a la creación de exquisiteces gastronómicas que ahora atraen a turistas de todo el mundo a Guatemala.
Aunque la base de la dieta de los mayas ha sido históricamente el maíz, considerado sagrado dentro de la cosmovisión de los indígenas, las tradiciones culinarias prehispánicas también contemplaban una amplia variedad de plantas, raíces, frutos, hojas, semillas, vainas, flores y hongos, así como una larga lista de animales mamíferos, aves, insectos y mariscos.
Según diversos estudios científicos, los tamales de maíz son el alimento más antiguo de la gastronomía prehispánica. Constituían una comida esencial de los banquetes y posiblemente estaban rellenos de carnes exóticas; llevaban una salsa hecha de calabaza, achiote o cacao.
Herencia mediterránea
Con los conquistadores españoles llegaron también las costumbres y tradiciones de la cocina europea. La mezcla de ingredientes, técnicas y utensilios propios de la cultura indígena y española, dieron como resultado suculentos manjares que, sazonados con historia y tradiciones, han sido convertidos en un ruta de guisos a seguir por los turistas que visitan esta nación centroamericana.
La ruta de la gastronomía guatemalteca incluye un poco de todo: desde una sopa de frijoles negros, un adobado de cerdo, unos chiles dulces rellenos de carne y verduras, hasta un pepián o un jocón. Estos últimos son considerados los reyes de los condimentados recados, elaborados a base de especies y carnes de la región.
Otros platos típicos son la mojarra frita, que es un pez propio de las aguas de los lagos guatemaltecos; el gallo en chicha, que suele ser dulce y picante; el subaníc, recado de tres carnes; o el pulique, que es un excelente guiso que se elabora en las grandes celebraciones religiosas.
Luego de la extensa comilona de platos fuertes tradicionales, es necesario tomar un descanso para dar paso a la amplia gama de delicias dulces que representan los postres.
Ente los más apetitosos se encuentran los plátanos en gloria, rellenitos de plátano y frijoles guisados; el dulce de camote, el polvorón, el bocado de reina, los molletes y torrejas, el dulce de leche, las espumillas, el mazapán, las cocadas, la conserva de chilacayote, la quesadilla, y cientos de antojos más.
Y para terminar, un café y un plus digestivo: un expreso con ron Zacapa Centenario, para disfrutar de dos de los productos cultivados y procesados en Guatemala, reconocidos como de los más finos y exquisitos del mundo.
Por iniciativa de un grupo de chefs e historiadores, en noviembre de 2011 el Gobierno declaró Patrimonio Cultural Intangible de la Nación el jocón, el pepián, el Kaq'ik, los plátanos en mole y lo frijoles con chicharrón, platillos típicos creados hace más de cinco siglos como resultado de la mezcla de la cocina maya con ingredientes mediterráneos de origen hispano, romano y árabe.
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